martes, 28 de agosto de 2007

Hasta siempre, Antonio


Antonio Puerta, sevillista de corazón, futbolista de los que juegan por ilusión, sevillano de nacimiento, promesa del fútbol nacional... ha fallecido este mediodía en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

¿Qué se puede decir cuando un joven de 22 años, sano, deportista, atlético, futbolista de primer nivel, fallece a causa de una parada cardíaca en pleno partido? Parece increíble que puedan suceder cosas así, pero la vida es así de cruel. Da igual lo que te cuides, lo bien alimentado que estés, el ejercicio que hagas... siempre estás expuesto a que te llegue la hora en el momento más inesperado.

Antonio era (se me hace un nudo en la garganta al escribir en pasado) un futbolista que llegó a la élite porque tenía la ilusión de llegar allí y de triunfar en el equipo de toda su vida; y lo hizo: dos Copas de la UEFA, una Copa del Rey, una Supercopa de Europa y otra de España en 18 meses inolvidables para el sevillismo. Puerta participó activamente en todos ellos, y suyo fue el gol que cambió la historia del Sevilla para siempre, con aquella volea a bote pronto inolvidable en la vuelta de las semifinales de la UEFA 2005-2006 ante el Schalke 04 en el Sánchez Pizjuán; suya fue la jugada de la noche en que el Sevilla se comió al Barça en Mónaco; suyos fueron todos esos trofeos.

Debutó en Primera con Joaquín Caparrós en el banquillo, un 24 de marzo de 2004, ante el Málaga; consiguió afianzarse en el primer equipo la temporada que comenzó a cambiar la historia sevillista, la 2005-2006. El pasado sábado, tan sólo 3 años y medio después de su debut, cayó desmayado en el que, por desgracia, fue su último partido. Poco más puedo escribir ahora, con un nudo en la garganta y una sensación de "¿Por qué?" inmensa. Se nos ha ido un gran jugador, un chaval con toda la vida por delante, una grandísima persona, alegre, afable; con un bebé en camino que nunca conocerá a su padre, pero que de seguro escuchará historias magníficas sobre él contadas por personas que probablemente nunca hablaron personalmente con él, pero a las que Puerta les cambió la vida con su fútbol.

Hasta siempre Antonio. Descansa en Paz donde quiera que estés.