Fútbol de verano

El verano, la pretemporada. Esa época en la que los periódicos adelgazan, las portadas se llenan de miles de rumores (de los cuales, muchos acaban siendo falsos), los jugadores sufren por ampollas en sus pies... esa época en la que los anti-fútbol disfrutan y los sobrecargados espectadores desconectan un poco del atracón futbolístico de los 9-10 meses anteriores. Pero también es la época de los amistosos contra los equipos del pueblo, equipos compuestos por cuatro amigos que no viven del fútbol pero que viven un gran día porque juegan contra los que siempre pensaron que sólo verían por la tele. O la época de los torneos veraniegos, el Carranza, el Teresa Herrera, el Colombino, el Villa de Madrid... esos torneos que siempre han sido una fiesta pero que últimamente están viendo cómo la asistencia disminuye y su influencia mediática también cae (salvo el Carranza, claro).Como en muchos aspectos de la vida, aquí también tengo añoranza del pasado, pero no un pasado lejano, no, un pasado de hace no más de 10 años.

Esos años en los que el Carranza era retransmitido por J.J. Santos en Telecinco, el Colombino en Antena 3, el Teresa Herrera era siempre un cuadrangular con cuatro equipazos, el Bahía de Cartagena traía al Bayern de Múnich... y los estadios siempre estaban llenos (o casi). Ahora el Colombino es casi imposible verlo por la tele, el Teresa Herrera es un torneo descafeinado, llegando a ser a veces incluso un triangular... eso sí, siempre nos queda el Carranza. Aunque a mí me gustaba más ver el espíritu luchador del Cádiz en Segunda B imponerse al Madrid, al Betis, al Sevilla, al Lazio... esa leyenda que decía que si el Cádiz ganaba el Carranza no ascendía... ¿Por qué todo tiene que cambiar a peor? ¿Quién no recuerda esos Teresa Herrera en los que el Depor goleaba al Madrid y se desataba la primera crisis en el Bernabéu? Esos Colombinos con el Recre (también por Segunda y Segunda B) cargándose al Atlético... hasta el Bernabéu y el Gamper han decaído en mi opinión... ahora no son lo que eran. El único de esos torneos a un partido que mantiene su espíritu, para mi gusto, es el Villa de Madrid. Cuando se disputa, claro.

Y ya hablando más del Real Murcia, el verano era esa época en la que se jugaba contra el Mar Menor en el Pitín de San Javier, en el Rubial contra el Águilas (duelos míticos), contra el Bullense (aunque este partido era más por las fiestas de Bullas, en octubre), el Caravaca, el Lorca, el Yeclano... Las Palas (grande ese estadio, grande esa cerveza con alcohol viendo las primeras evoluciones de los nuevos fichajes), Lorquí, Sangonera... antes había partidos en La Condomina, contra el Real Madrid (aunque ahí, la fiesta era de los madrileños que veranean en Murcia, sólo hay que recordar ese 0-4 con más de la mitad de la gente celebrando los goles del Madrid), el Bayern Múnich (grande Reginaldo), hace poco el Werder Bremen (y pensar que ahí Pulido se salió...)... había partidos de presentación. Ahora no. Ahora son todo partidos fuera, en plan equipo grande. Pero este año, sin partidos por la región. Lo más cercano, Orihuela. Ese Frente Skorpión merece ser visitado este verano. Elche, Málaga, Almería, Alicante... este año se ha apostado por una pretemporada de más nivel. Bueno para comprobar el nivel del equipo (en teoría). Malo para el sentimentalismo del aficionado, que echa en falta esos partidos contra el Mar Menor, el Águilas o el Relesa Las Palas.

Por suerte, La 7 retransmite, al menos, cinco partidos del Real Murcia este agosto. Ya que no se puede viajar en un pis pas (aunque a alguno se irá), al menos podremos ver cómo se desenvuelve el nuevo proyecto. Hay mono de fútbol. Menos mal que está La 7 y Teledeporte para solucionarlo un poco. Que viva el fútbol. Con competición de por medio o sin ella. Los amistosos de verano también tienen su historia y su interés detrás.