
La primera sorpresa llega cuando ves la entrada por la Puerta 4 totalmente colapsada de gente, con colas que ocupan casi todo el párking. Dedicimos entrar por la puerta del fondo sur y segunda sorpresa, también hay una cola enorme. Por culpa de ello entramos con el partido comenzado ("la próxima vez no me pillan así", se comenta). Tercera sorpresa: La Condomina viste una de sus mejores galas en mucho tiempo, entre 8 y 9 mil espectadores. Fondos a reventar, Lateral casi llena, Tribuna con buena entrada... y la Curva también a rebosar de jóvenes animosos con ganas de alentar a su Real Murcia y verle conseguir los primeros tres puntos de la temporada. Y entre cántico y cántico, Valerio se hace la picha un lío e Iván Alonso, que pasaba por allí, marca el 1-0 como quien no quiere la cosa. Los jugadores se vienen a la curva a celebrarlo y nos hacen gestos para que sigamos animando así. Ésa fue la cuarta sorpresa de la tarde. Expulsan a uno del Almería (codazo clamoroso) y luego Juanma falla un uno contra uno increíble (eso no fue sorpresa). El Real se relaja y el Almería, con casta, empata el partido antes del descanso y se adelanta a los 5 minutos de la segunda parte. ¿Viejos fantasmas? Puede, pero el equipo, sin jugar nada bien, buscó el empate con ahínco y en una de éstas Aranda se queda solo delante de Valerio y es zancadilleado por detrás. Penalty y expulsión, como diría Rafa González.
El propio Aranda sube el 2-2 al electrónico (marcador de estreno, regalo del Ayuntamiento al otro equipo de la ciudad) y al poco se queda el Almería con ocho por una entrada sin sentido en la medular. El Murcia la toca y la retoca buscando huecos, hasta que de nuevo Iván Alonso se queda solo ante Valerio en el 77 y le fusila. 3-2 y remontada. Ésa fue la quinta sorpresa. En casa no se remontaba desde el 2-1 al Valladolid... ¡de Primera! Aunque fuera contra 8, daba igual. Luego, a sestear burreando al Almería, hasta que Aranda se quiso ir de dos al borde del área almeriense, perdió el balón y salió corriendo tras el defensor hasta el medio del campo... donde le entró con los dos pies por delante tras perder la cabeza. Roja directa, y el Real que quizá viaje sin Aranda ni Antoñito al Carranza. Pitos en la grada por el sesteo del equipo (no todo puede cambiar). Pero con pitos o sin ellos, el partido finalizó y los tres puntos se quedaron en casa. No se jugó bien, pero no importó. El fútbol de competición ha vuelto. Y ha vuelto para bien. El próximo domingo, toca Cádiz. Toca imponer nuestra ley.
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