La fecha del 25 de abril de 2006 quedará grabada para siempre en los corazones de todo Villarreal. Esta fecha estaba destinada a ser la del despegue del submarino amarillo hacia la final de París, ¡la final de la Champions! Un equipo de una ciudad de 48.000 habitantes, tratando de luchar por entrar en la final de la competición más importante a nivel de clubs. Pero la historia ha sido bien distinta.
El equipo ha jugado bien, ha pasado por encima de un Arsenal que salió al Madrigal con la clara intención de mantener su ventaja de la ida, renunciando prácticamente al ataque, pero no ha tenido pegada arriba. El Guille Franco ha errado innumerables ocasiones, y la única que metió, lo hizo en fuera de juego. Forlán también falló una de las que suele meter, José Marí salió de refresco y parecía que iba a obrar el milagro: fuerza un penalty en el minuto 89 de partido. Al lanzamiento, el especialista, el de siempre: Juan Román Riquelme. Enfrente, el portero que acababa de batir en ese mismo partido el récord de imbatibilidad en la Champions de Edwin Van der Sar: Jens Lehman. En el rostro de Riquelme se notaba que no era un penalty más. Aparte del penalty que le paró Cañizares no hace mucho, no se le recuerdan penaltys errados a Román. Pero tampoco se le recuerda con ese rostro de tensión. Se acerca a la pelota, patea y...para Lehman. Riquelme se queda helado y ni siquiera lucha por cazar el rechace. Ahí acabó el sueño europeo del Villarreal, el sueño de toda la ciudad, el sueño de Juan Roig, el sueño de muchos españoles que simpatizaban con el "equipo pequeño que está haciendo historia". El Arsenal volará a Paris el 17 de mayo.
Pero profundicemos un poco más en este Villarreal. ¿Cuál es el mérito de este equipo que se ha colado en las semis de la Champions en su primera participación? ¿Realmente vale el tan manido discurso de la poca población de Villarreal? Permítanme disentir claramente. ¿Por qué? se preguntarán. Pues bien, para mí no tiene valor alguno el decir "es que Villarreal entera cabría dentro de cualquiera de los estadios donde ha jugado" por el mero hecho de que el Villarreal C.F. no vive ni depende de la ciudad. El Villarreal estaría donde está aunque tuviera 500 habitantes el pueblo, porque lo que ha llevado al equipo a estar donde está es Juan Roig (y Llaneza, claro. El dinero gastado sin control no sirve de nada -¿verdad, Gaspart?-, y Llaneza ha sabido fichar bien) y su dinero. Sin el dinero que pone Roig de su bolsillo, el Villarreal seguiría dando tumbos por la Segunda división española. Para mí, el Villarreal es el Chelsea de La Plana, sólo que sin la prepotencia que acompaña al equipo de Abramovich. Roig no compró el Villarreal porque fuera seguidor suyo desde pequeño...lo compró porque se lo ofrecieron, igual que hicieron con el Castellón anteriormente. Si no hubiera sido porque no le dejaron, ahora mismo el equipo que podría estar viajando por Europa podría ser el histórico Castellón C.F., pero Roig compró el Villarreal.
Y sinceramente, sin alegrarme totalmente por la derrota de los amarillos, me gusta que haya sido el Arsenal, un histórico del fútbol europeo y lleno de jóvenes con ilusión, el que haya logrado el pase a la final de París. No soy capaz de imaginar a un equipo sin historia como el Villarreal disputando un partido reservado a los más grandes del continente. Y ahora les toca clasificarse para Europa la próxima temporada en una Liga que han dejado de lado las últimas semanas, casi adulterando la competición. Se lo jugaron todo a una carta...y perdieron.
Claro que la culpa de que un equipo que no ha ganado nada en su país haya estado a punto de llegar a la final de la máxima competición continental la tiene la propia UEFA, que cambia el nombre de la Copa de Europa a Liga de Campeones para hacer que más del 50% de los participantes NO sean campeones de sus países. Pero de esto hablaremos otro día.
Una última pregunta: ¿Qué pensáis que pasará con el Villarreal cuando Roig se marche? Ahí queda eso.
El equipo ha jugado bien, ha pasado por encima de un Arsenal que salió al Madrigal con la clara intención de mantener su ventaja de la ida, renunciando prácticamente al ataque, pero no ha tenido pegada arriba. El Guille Franco ha errado innumerables ocasiones, y la única que metió, lo hizo en fuera de juego. Forlán también falló una de las que suele meter, José Marí salió de refresco y parecía que iba a obrar el milagro: fuerza un penalty en el minuto 89 de partido. Al lanzamiento, el especialista, el de siempre: Juan Román Riquelme. Enfrente, el portero que acababa de batir en ese mismo partido el récord de imbatibilidad en la Champions de Edwin Van der Sar: Jens Lehman. En el rostro de Riquelme se notaba que no era un penalty más. Aparte del penalty que le paró Cañizares no hace mucho, no se le recuerdan penaltys errados a Román. Pero tampoco se le recuerda con ese rostro de tensión. Se acerca a la pelota, patea y...para Lehman. Riquelme se queda helado y ni siquiera lucha por cazar el rechace. Ahí acabó el sueño europeo del Villarreal, el sueño de toda la ciudad, el sueño de Juan Roig, el sueño de muchos españoles que simpatizaban con el "equipo pequeño que está haciendo historia". El Arsenal volará a Paris el 17 de mayo.
Pero profundicemos un poco más en este Villarreal. ¿Cuál es el mérito de este equipo que se ha colado en las semis de la Champions en su primera participación? ¿Realmente vale el tan manido discurso de la poca población de Villarreal? Permítanme disentir claramente. ¿Por qué? se preguntarán. Pues bien, para mí no tiene valor alguno el decir "es que Villarreal entera cabría dentro de cualquiera de los estadios donde ha jugado" por el mero hecho de que el Villarreal C.F. no vive ni depende de la ciudad. El Villarreal estaría donde está aunque tuviera 500 habitantes el pueblo, porque lo que ha llevado al equipo a estar donde está es Juan Roig (y Llaneza, claro. El dinero gastado sin control no sirve de nada -¿verdad, Gaspart?-, y Llaneza ha sabido fichar bien) y su dinero. Sin el dinero que pone Roig de su bolsillo, el Villarreal seguiría dando tumbos por la Segunda división española. Para mí, el Villarreal es el Chelsea de La Plana, sólo que sin la prepotencia que acompaña al equipo de Abramovich. Roig no compró el Villarreal porque fuera seguidor suyo desde pequeño...lo compró porque se lo ofrecieron, igual que hicieron con el Castellón anteriormente. Si no hubiera sido porque no le dejaron, ahora mismo el equipo que podría estar viajando por Europa podría ser el histórico Castellón C.F., pero Roig compró el Villarreal.
Y sinceramente, sin alegrarme totalmente por la derrota de los amarillos, me gusta que haya sido el Arsenal, un histórico del fútbol europeo y lleno de jóvenes con ilusión, el que haya logrado el pase a la final de París. No soy capaz de imaginar a un equipo sin historia como el Villarreal disputando un partido reservado a los más grandes del continente. Y ahora les toca clasificarse para Europa la próxima temporada en una Liga que han dejado de lado las últimas semanas, casi adulterando la competición. Se lo jugaron todo a una carta...y perdieron.
Claro que la culpa de que un equipo que no ha ganado nada en su país haya estado a punto de llegar a la final de la máxima competición continental la tiene la propia UEFA, que cambia el nombre de la Copa de Europa a Liga de Campeones para hacer que más del 50% de los participantes NO sean campeones de sus países. Pero de esto hablaremos otro día.
Una última pregunta: ¿Qué pensáis que pasará con el Villarreal cuando Roig se marche? Ahí queda eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario