Sí, nos referimos al Argentina-Holanda. El tan cacareado desde antes del Mundial como "el mejor partido de la primera fase". Pues ese partido entre dos aspirantes a alzar la copa Jules Rimet en Berlín ha resultado ser un fiasco completo. El hecho de estar ambos equipos ya clasificados pasara lo que pasara ha condicionado en exceso el choque, que se ha visto reducido a un "tiki taka" continuo en la medular por parte de los holandeses, tratando de tener el balón la mayor parte del tiempo (en el minuto 20 la posesión marcaba un apabullante 65%-35% a favor de la oranje), pero sin profundidad alguna. Otro partido más sin extremos (de hecho, una banda estaba ocupada por Kuyt, el delantero del Feyenoord) y sin casi ideas. Prácticamente ninguna jugada de peligro sobre la meta de Abbondancieri. Y Argentina, que acabó recuperando el balón, a lo suyo. Sabedora de que el empate le beneficiaba, tampoco arriesgó. Así que un partido que se presuponía como lleno de emoción, calidad y ocasiones, se ha visto reducido a un partido insuslo, de centrocampismo y sin apenas disparos a puerta. Triste, pero cierto.
Es en lo que ha acabado convirtiéndose el grupo de la muerte. En lugar de una última jornada repleta de emoción, hemos vivido una jornada de partidos sin tensión. Por una parte, éste Argentina-Holanda, cuya jugada más peligrosa llegó en el minuto 90, con un disparo de Tévez que se marchó alto. Por otra parte, un Costa de Marfil-Serbia y Montenegro sin nada en juego en el que, sin embargo, ambas selecciones han jugado un muy buen partido que ha acabado con la primera victoria mundialista de Costa de Marfil, por 3-2, tras comenzar perdiendo 0-2 en el minuto 20 (con dos fallos garrafales del portero Barry, titular hoy). Juego directo, ocasiones para ambos equipos, muchos lanzamientos a puerta... todo lo que debería haber sido el Holanda-Argentina, pero en otro escenario. Ahora ya simplemente queda esperar que en octaos se vea el verdadero potencia tanto de argentinos como de holandeses, y dejen para otra ocasión ese fútbol control sin profundidad del que han hecho (mala) gala hoy. Los de Pékerman tendrán que hacer frente a la México de La Volpe, mientras que los pupilos de Van Basten se enfrentarán a Portugal, en el que, esta vez sí, se presenta como un encuentro muy abierto, lleno de velocidad y con ocasiones constantes para ambos bandos. Al menos, en teoría... Que siga la fiesta.
[ Foto: AFP / afp.com © ]
Es en lo que ha acabado convirtiéndose el grupo de la muerte. En lugar de una última jornada repleta de emoción, hemos vivido una jornada de partidos sin tensión. Por una parte, éste Argentina-Holanda, cuya jugada más peligrosa llegó en el minuto 90, con un disparo de Tévez que se marchó alto. Por otra parte, un Costa de Marfil-Serbia y Montenegro sin nada en juego en el que, sin embargo, ambas selecciones han jugado un muy buen partido que ha acabado con la primera victoria mundialista de Costa de Marfil, por 3-2, tras comenzar perdiendo 0-2 en el minuto 20 (con dos fallos garrafales del portero Barry, titular hoy). Juego directo, ocasiones para ambos equipos, muchos lanzamientos a puerta... todo lo que debería haber sido el Holanda-Argentina, pero en otro escenario. Ahora ya simplemente queda esperar que en octaos se vea el verdadero potencia tanto de argentinos como de holandeses, y dejen para otra ocasión ese fútbol control sin profundidad del que han hecho (mala) gala hoy. Los de Pékerman tendrán que hacer frente a la México de La Volpe, mientras que los pupilos de Van Basten se enfrentarán a Portugal, en el que, esta vez sí, se presenta como un encuentro muy abierto, lleno de velocidad y con ocasiones constantes para ambos bandos. Al menos, en teoría... Que siga la fiesta.
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