Partido importantísimo el que se disputaba el pasado sábado en La Condomina. Por una parte, el Real Murcia se jugaba tener un poco de tranquilidad o llenarse de fango hasta las rodillas de aquí a final de temporada. Por la otra, el Almería se jugaba sus opciones de ascenso.
El partido fue trepidante. Los cerca de 2000 seguidores almerienses presentes en las gradas del coliseo murcianista animaban sin cesar, dando un gran colorido, pero en esta ocasión, la afición murcianista respondió. Mucho se ha criticado a esta afición, que si es muy fría, que si no se anima...y muchas de esas afirmaciones son ciertas, muchos partidos parece que, en lugar de en un partido de fútbol, se esté en un teatro o similares, pero este partido fue diferente. La afición respondió, desde la Curva Panadero se llevaba la voz cantante y, milagro, la Lateral e incluso tribuna y fondos se contagiaron...ésta vez sí que fuimos el jugador número 12. Hubo un momento del partido que el ambiente parecía de final de Copa...los 2000 almerienses gritando "¡Almería, Almería!" y el resto del estadio gritando "¡Murcia, Murcia!". Hacía muchísimo que no disfrutaba tanto con el ambiente en La Condomina.
En lo que respecta al partido en sí, fue un buen partido en líneas generales. El Real Murcia presionó como hacía tiempo que no hacía, y el Almería que intentaba sin lograrlo crear peligro al portal de Juanmi. En el minuto 12, una gran jugada de Tato originó el córner que acabó con un cabezazo perfecto de Richi que entró ajustado al palo. 1-0. El Real siguió luchando cada balón, siguió creando peligro de cuando en cuando y anulando al Almería, que hasta el minuto 44 no realizó su primer disparo con peligro. En la segunda parte el Almería se estiró algo más, pero un seguro Juanmi y la defensa grana lograron abortar todo el posible peligro. La nota negativa del encuentro la puso Teixeira Vitienes, un penoso árbitro que no dejó contento a nadie. Faltas absurdas, faltas pitadas al revés, tres expulsiones, siete minutos de descuento...un despropósito total.
Al final, júbilo en las filas y gradas murcianistas y decepción en las filas almerienses, pese a que su afición siguió animando a los suyos tras el pitido final. Con este resultado, el Almería sale de los puestos de ascenso y el Real Murcia abre una brecha de 7 puntos sobre el descenso, pero sigue sin certificar su permanencia una temporada más, en una campaña en la que el objetivo era el ascenso.
El partido fue trepidante. Los cerca de 2000 seguidores almerienses presentes en las gradas del coliseo murcianista animaban sin cesar, dando un gran colorido, pero en esta ocasión, la afición murcianista respondió. Mucho se ha criticado a esta afición, que si es muy fría, que si no se anima...y muchas de esas afirmaciones son ciertas, muchos partidos parece que, en lugar de en un partido de fútbol, se esté en un teatro o similares, pero este partido fue diferente. La afición respondió, desde la Curva Panadero se llevaba la voz cantante y, milagro, la Lateral e incluso tribuna y fondos se contagiaron...ésta vez sí que fuimos el jugador número 12. Hubo un momento del partido que el ambiente parecía de final de Copa...los 2000 almerienses gritando "¡Almería, Almería!" y el resto del estadio gritando "¡Murcia, Murcia!". Hacía muchísimo que no disfrutaba tanto con el ambiente en La Condomina.
En lo que respecta al partido en sí, fue un buen partido en líneas generales. El Real Murcia presionó como hacía tiempo que no hacía, y el Almería que intentaba sin lograrlo crear peligro al portal de Juanmi. En el minuto 12, una gran jugada de Tato originó el córner que acabó con un cabezazo perfecto de Richi que entró ajustado al palo. 1-0. El Real siguió luchando cada balón, siguió creando peligro de cuando en cuando y anulando al Almería, que hasta el minuto 44 no realizó su primer disparo con peligro. En la segunda parte el Almería se estiró algo más, pero un seguro Juanmi y la defensa grana lograron abortar todo el posible peligro. La nota negativa del encuentro la puso Teixeira Vitienes, un penoso árbitro que no dejó contento a nadie. Faltas absurdas, faltas pitadas al revés, tres expulsiones, siete minutos de descuento...un despropósito total.
Al final, júbilo en las filas y gradas murcianistas y decepción en las filas almerienses, pese a que su afición siguió animando a los suyos tras el pitido final. Con este resultado, el Almería sale de los puestos de ascenso y el Real Murcia abre una brecha de 7 puntos sobre el descenso, pero sigue sin certificar su permanencia una temporada más, en una campaña en la que el objetivo era el ascenso.
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