Tras la humillante derrota de la Selección en Belfast, vuelve a surgir el recurrente debate de la renovación en la Selección.
La pregunta es peliaguda: ¿Qué hay que cambiar en la selección? ¿Realmente está tan mal? ¿Una reforma en profundidad es lo que se necesita? ¿O es que acaso no tiene solución esto? Desde futboladictos vamos a tratar de mostrar nuestra particular visión del asunto, y a proponer nuestras humildes sugerencias.
Partamos de una base: La selección hace más de 40 años que no gana ningún título, y más de medio siglo que no se consigue acabar entre los cuatro mejores de un Mundial. Por tanto, el problema no es de ahora, ni por los jugadores actuales, ni por el seleccionador, ni cosas por el estilo. El problema está en la base. ¿La mentalidad española? ¿Algún complejo que nos entra siempre en los momentos claves? ¿Miedo al éxito? Quién sabe... La realidad es que siempre nos pasa algo en los momentos donde hay que superar es barrera: O bien el árbitro, o bien inoportunas lesiones, o bien mala suerte... siempre pasa algo. No se puede estar "viviendo" de la mala suerte toda la vida. Poniendo un ejemplo cercano, el Real Murcia perdió muchísimos puntos en la 2003/04 en Primera por culpa de goles encajados en los últimos 5 minutos del partido. No siempre pudo ser mala suerte, algo más tenía que haber para fallar siempre en lo mismo. Con la Selección tiene que ser algo parecido. Pero vayamos al momento actual.
Yo veo un problema no sólo en el equipo, sino en la Federación. Una Federación que lleva más de 18 años sin renovarse, con el mismo hombre en la dirección... una Federación que se empeña en no cesar entrenadores por mal que lo hagan, una Federación que renovó a Iñaki Sáez tras hacer el más absoluto de los ridículos en la Euro 2004, una Federación que renueva sistemáticamente a todos y cada uno de los seleccionadores cada dos años, sin mirar méritos o deméritos, una Federación que permite presiones de clubes contra el interés de la selección (véase el último caso de Puyol y Xavi), etc. La Federación tiene que tener claro que es la responsable de la Selección. Al igual que un presidente tiene la responsabilidad de su club, Villar debe ser consciente de que lo que hace repercute en la ilusión de millones de españoles. Si un seleccionador dice que si no llegamos a semifinales se va (audio Radio Marca) y no se llega ni a cuartos, no hay que ofrecerla la renovación. NUNCA. Si un seleccionador no supera una primera fase de una Eurocopa jugando contra Portugal, Grecia y Rusia, hay que cesarle. En fútbol priman los objetivos, y si no se cumplen, puerta. Es la ley del fútbol, y la Federación no se puede regir por otra basada en el conservadurismo y el inmovilismo.
Bajemos un escalón en la pirámide de responsabilidades. Nos encontramos con el seleccionador. Veamos: Una selección no es un club, por tanto, la idea de un bloque, a menos que los jugadores que lo integran tengan una calidad mucho mayor que el resto de futbolistas del país, no sirve. Vale que los jugadores luego van a la selección y ven a los mismos de siempre, con los que ya pueden haber trabado amistad (tan de moda tras el Mundial de Baloncesto), pero eso no es suficiente. Si hay jugadores mejores que los que "integran" el "bloque", pues se convoca a esos jugadores. Puede haber una columna vertebral, eso es cierto, y estoy de acuerdo con eso. Pero nada más. No puedes repetir siempre 20 tíos de una convocatoria a otra, porque no. Recordad las convocatorias de Camacho, que luego se hacía recuento de los jugadores que habían ido y salían más de 40 o 50 en 10 convocatorias... ésa es la idea de una selección de los mejores de cada país (como su propio nombre indica). Partiendo de esa base, una selección, en principio, no puede tener un estilo predefinido de juego. No puedes encerrarte en tu 4-3-3 juegue quien juegue y te enfrentes a quien te enfrentes. En el Mundial caímos por eso. Empecinamiento en el 4-3-3, lo avisamos con dos días de antelación y claro, el rival te ahoga por todos lados porque sabe cómo le vas a jugar. El sistema debe acoplarse a los jugadores, y no al revés. Luego existen más razones para opinar que Luis debe marcharse, como la apatía que mostró durante toda la segunda parte del partido del miércoles, sin dar instrucciones pese a lo que se estaba viendo en el terreno de juego, o su falta de palabra, etc. En mi opinión, Luis también debe abandonar el cargo de inmediato.
Bajemos un poco más. Llegamos a los jugadores, los principales protagonistas a la hora de la verdad. Los responsables de que la pelotita entre o no en última instancia. Un jugador de la selección debe estar orgulloso de jugar con esa camiseta y defenderla con pasión y garra, como hacen argentinos, ingleses, alemanes o italianos. No deben ver la selección como un "escaparate" para jugar al máximo nivel o similares. No pueden mostrar la desgana que muestran en muchos partidos. Tienen que tener rabia cuando las cosas les van mal. Los jugadores franceses reconocieron que los pitos de la afición española a su himno les espolearon aún más en sus ganas de vencer esa noche. Ésa es la actitud. Luego, los jugadores deben ser solidarios, y no exigir jugar siempre o ir pidiendo explicaciones de por qué juega fulanito y no él (casos de Albelda o Raúl). Buena cara aunque no se juegue. La selección está muy por encima de un jugador en particular. Debe primar el bien del equipo, y no tu escaparate. ¿Alguien ha visto a Mumbrú quejarse de lo poco que jugó en el Mundial? Pues todos hemos visto las malas caras de Albelda por su suplencia, sin ir más lejos. O sus quejas ante una convocatoria ("falta gente con experiencia"). Sin implicación en la selección no se va a ninguna parte. Sinceramente, prefiero a Salva Ballesta en la selección antes que un tío que sólo va para poder fardar de que ha jugado con España y buscar un contrato mejor por ello (hay varios así). Para un argentino, su sueño de niño es vestir y defender la albiceleste. Para un español, generalmente su sueño de niño es jugar en el club de su ciudad o en el Madrid o el Barça. Eso hay que cambiarlo.
Pero el problema lo podemos encontrar aún más abajo. En los clubes y en la propia afición. Los clubes son un problema no sólo de España, sino de todas las selecciones. Van buscando su propio beneficio, y no paran de poner trabas a las selecciones nacionales. Que si contrapestación por la cesión de un jugador, que si contraprestación en caso de lesión (cosa que veo bien), que si presiones para que no vayan a determinado partido porque el sábado siguiente juegan un partido importante (que no jueguen entonces los partidos de Champions en Noruega cuando el sábado siguiente juegan un partido importante, por ejemplo), etc. Lo malo es que ese sentimiento de primar el club antes que la selección parece estar presente en muchos jugadores... y en muchos aficionados. Unos aficionados que hablan de estar "desenganchados" de la selección cuando se consuma un nuevo fracaso, que hablan de falta de motivación en ver sus partidos "porque nunca hacen nada"... esos mismos aficionados no fallan luego cuando juega su club, pese a no haber conseguido un título en su historia o fracasar en sus objetivos año tras año. ¿Por qué?
Por el momento dejo aquí mis reflexiones. Para otro día hablaré de qué jugadores deberían salir y quiénes deberían entrar (siempre bajo mi punto de vista). Pero entre todos debemos buscar el bien de "el equipo de todos".
La pregunta es peliaguda: ¿Qué hay que cambiar en la selección? ¿Realmente está tan mal? ¿Una reforma en profundidad es lo que se necesita? ¿O es que acaso no tiene solución esto? Desde futboladictos vamos a tratar de mostrar nuestra particular visión del asunto, y a proponer nuestras humildes sugerencias.
Partamos de una base: La selección hace más de 40 años que no gana ningún título, y más de medio siglo que no se consigue acabar entre los cuatro mejores de un Mundial. Por tanto, el problema no es de ahora, ni por los jugadores actuales, ni por el seleccionador, ni cosas por el estilo. El problema está en la base. ¿La mentalidad española? ¿Algún complejo que nos entra siempre en los momentos claves? ¿Miedo al éxito? Quién sabe... La realidad es que siempre nos pasa algo en los momentos donde hay que superar es barrera: O bien el árbitro, o bien inoportunas lesiones, o bien mala suerte... siempre pasa algo. No se puede estar "viviendo" de la mala suerte toda la vida. Poniendo un ejemplo cercano, el Real Murcia perdió muchísimos puntos en la 2003/04 en Primera por culpa de goles encajados en los últimos 5 minutos del partido. No siempre pudo ser mala suerte, algo más tenía que haber para fallar siempre en lo mismo. Con la Selección tiene que ser algo parecido. Pero vayamos al momento actual.
Yo veo un problema no sólo en el equipo, sino en la Federación. Una Federación que lleva más de 18 años sin renovarse, con el mismo hombre en la dirección... una Federación que se empeña en no cesar entrenadores por mal que lo hagan, una Federación que renovó a Iñaki Sáez tras hacer el más absoluto de los ridículos en la Euro 2004, una Federación que renueva sistemáticamente a todos y cada uno de los seleccionadores cada dos años, sin mirar méritos o deméritos, una Federación que permite presiones de clubes contra el interés de la selección (véase el último caso de Puyol y Xavi), etc. La Federación tiene que tener claro que es la responsable de la Selección. Al igual que un presidente tiene la responsabilidad de su club, Villar debe ser consciente de que lo que hace repercute en la ilusión de millones de españoles. Si un seleccionador dice que si no llegamos a semifinales se va (audio Radio Marca) y no se llega ni a cuartos, no hay que ofrecerla la renovación. NUNCA. Si un seleccionador no supera una primera fase de una Eurocopa jugando contra Portugal, Grecia y Rusia, hay que cesarle. En fútbol priman los objetivos, y si no se cumplen, puerta. Es la ley del fútbol, y la Federación no se puede regir por otra basada en el conservadurismo y el inmovilismo.
Bajemos un escalón en la pirámide de responsabilidades. Nos encontramos con el seleccionador. Veamos: Una selección no es un club, por tanto, la idea de un bloque, a menos que los jugadores que lo integran tengan una calidad mucho mayor que el resto de futbolistas del país, no sirve. Vale que los jugadores luego van a la selección y ven a los mismos de siempre, con los que ya pueden haber trabado amistad (tan de moda tras el Mundial de Baloncesto), pero eso no es suficiente. Si hay jugadores mejores que los que "integran" el "bloque", pues se convoca a esos jugadores. Puede haber una columna vertebral, eso es cierto, y estoy de acuerdo con eso. Pero nada más. No puedes repetir siempre 20 tíos de una convocatoria a otra, porque no. Recordad las convocatorias de Camacho, que luego se hacía recuento de los jugadores que habían ido y salían más de 40 o 50 en 10 convocatorias... ésa es la idea de una selección de los mejores de cada país (como su propio nombre indica). Partiendo de esa base, una selección, en principio, no puede tener un estilo predefinido de juego. No puedes encerrarte en tu 4-3-3 juegue quien juegue y te enfrentes a quien te enfrentes. En el Mundial caímos por eso. Empecinamiento en el 4-3-3, lo avisamos con dos días de antelación y claro, el rival te ahoga por todos lados porque sabe cómo le vas a jugar. El sistema debe acoplarse a los jugadores, y no al revés. Luego existen más razones para opinar que Luis debe marcharse, como la apatía que mostró durante toda la segunda parte del partido del miércoles, sin dar instrucciones pese a lo que se estaba viendo en el terreno de juego, o su falta de palabra, etc. En mi opinión, Luis también debe abandonar el cargo de inmediato.
Bajemos un poco más. Llegamos a los jugadores, los principales protagonistas a la hora de la verdad. Los responsables de que la pelotita entre o no en última instancia. Un jugador de la selección debe estar orgulloso de jugar con esa camiseta y defenderla con pasión y garra, como hacen argentinos, ingleses, alemanes o italianos. No deben ver la selección como un "escaparate" para jugar al máximo nivel o similares. No pueden mostrar la desgana que muestran en muchos partidos. Tienen que tener rabia cuando las cosas les van mal. Los jugadores franceses reconocieron que los pitos de la afición española a su himno les espolearon aún más en sus ganas de vencer esa noche. Ésa es la actitud. Luego, los jugadores deben ser solidarios, y no exigir jugar siempre o ir pidiendo explicaciones de por qué juega fulanito y no él (casos de Albelda o Raúl). Buena cara aunque no se juegue. La selección está muy por encima de un jugador en particular. Debe primar el bien del equipo, y no tu escaparate. ¿Alguien ha visto a Mumbrú quejarse de lo poco que jugó en el Mundial? Pues todos hemos visto las malas caras de Albelda por su suplencia, sin ir más lejos. O sus quejas ante una convocatoria ("falta gente con experiencia"). Sin implicación en la selección no se va a ninguna parte. Sinceramente, prefiero a Salva Ballesta en la selección antes que un tío que sólo va para poder fardar de que ha jugado con España y buscar un contrato mejor por ello (hay varios así). Para un argentino, su sueño de niño es vestir y defender la albiceleste. Para un español, generalmente su sueño de niño es jugar en el club de su ciudad o en el Madrid o el Barça. Eso hay que cambiarlo.
Pero el problema lo podemos encontrar aún más abajo. En los clubes y en la propia afición. Los clubes son un problema no sólo de España, sino de todas las selecciones. Van buscando su propio beneficio, y no paran de poner trabas a las selecciones nacionales. Que si contrapestación por la cesión de un jugador, que si contraprestación en caso de lesión (cosa que veo bien), que si presiones para que no vayan a determinado partido porque el sábado siguiente juegan un partido importante (que no jueguen entonces los partidos de Champions en Noruega cuando el sábado siguiente juegan un partido importante, por ejemplo), etc. Lo malo es que ese sentimiento de primar el club antes que la selección parece estar presente en muchos jugadores... y en muchos aficionados. Unos aficionados que hablan de estar "desenganchados" de la selección cuando se consuma un nuevo fracaso, que hablan de falta de motivación en ver sus partidos "porque nunca hacen nada"... esos mismos aficionados no fallan luego cuando juega su club, pese a no haber conseguido un título en su historia o fracasar en sus objetivos año tras año. ¿Por qué?
Por el momento dejo aquí mis reflexiones. Para otro día hablaré de qué jugadores deberían salir y quiénes deberían entrar (siempre bajo mi punto de vista). Pero entre todos debemos buscar el bien de "el equipo de todos".
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