martes, 12 de septiembre de 2006

Me voy, no me voy...

Corrosivos aires se respiran por la Federación últimamente. Tras el fracaso en el Mundial, tras la debacle en Belfast, tras su inmovilismo endémico en materia de destitución de seleccionadores, llega un nuevo capítulo, más jugoso que el anterior, pero menos que el próximo.

Esta mañana, el todavía seleccionador, Luis Aragonés, se personó en las oficinas de la Federación (tras no ver ningún partido de Liga in situ esta última jornada) para reunirse con sus jefes, Villar y compañía. En dicha reunión, Luisete presentó su dimisión. Pero, no nos llevemos a engaños ni saltemos de la silla todavía, era una dimisión «con connotaciones» (la palabra irrevocable no existe en este país salvo para Camacho). Connotación económica ("yo dimito, pero tú me pagas los dos años"), connotación federativa (parece ser que quiere sentir el respaldo de la Federación en ciertos aspectos), cuestión deportiva (quiere prescindir de algunos trabajadores de la Selección, incluídas las categorías inferiores), etc. La Federación, viendo lo que había, siguió con su tradicional inmovilismo y rechazó la dimisión de Luis. No contentos con ese paripé (Luis salió diciendo que había presentado su dimisión, que «era lo que todos queríais», en referencia a los periodistas), esta tarde ha salido Luis diciendo que finalmente se queda, que la Federación le ha mostrado su apoyo y que no podía dejarles cojos (parece ser que eso le han dicho desde la Federación... tela marinera, oigan). Por cierto, que el Sabio dice que «no palpa» que la afición no esté con él. De traca, ¿o no?

Pero hundámonos más en el fango de esta pseudo-dimisión. La Federación le ha dicho a Luis que «la cosa no era para tanto», y que confiaban plenamente en él, que había una buena base sobre la que trabajar. Veamos. Sobre la última parte puedo estar más o menos de acuerdo (se puede seguir trabajando esa base con otro seleccionador), pero sobre que "no era tan grave la cosa"... seamos sinceros y pongamos las cartas sobre la mesa de una vez, señores. Perdimos contra Irlanda del Norte, dimos una imagen patética de selección de niños de San Ildefonso haciendo regalitos por Navidad, fracasamos en el Mundial, la afición es un clamor contra Luis... ¿y tienen la desfachatez de decir que la cosa no es para tanto? Entonces, para usted, señor Villar, ¿qué sería grave? ¿Caer contra Liechtenstein? (Cosa que, por otra parte, no descarto, viendo las declaraciones de Raúl donde afirma que «no hemos tocado fondo», frase que acojona, literalmente).

Como ya comenté anteriormente, pienso que la Selección necesita una limpia, y viendo el paripé de hoy, todavía lo pienso más. Y sigo creyendo que los primeros que deben irse son Villar & cía. Y Aragonés, con ellos. Un hombre que lleva a Marchena a la selección, dejando en casa (bueno, con la Sub 21) a Albiol (que esa es otra, aunque Luis lo ha negado, no hay comunicación entre Luis e Iñaki Sáez -otro que tal baila- y eso llevó a la no convocatoria del chaval valencianista ante Islandia, ya que había sido convocado por la Sub-21 previamente), que margina a Reyes (dejando la banda derecha de la Selección completamente roma en ataque), que pasa literalmente del Sevilla (Puerta, Navas, Palop, David Castedo, Javi Navarro...) y no es capaz de renovar la selección tras el Mundial... mal va España con un seleccionador así.

En teoría, Luis tenía 48 horas para pensar las cosas mejor tras la reunión de esta mañana, pero tras anunciar esta tarde que sigue («yo por mí me habría ido, pero sigo», frase lapidaria) no parece que vaya a haber más capítulos de esta bochornosa gestión del "equipo de todos" en las próximas fechas. Ojalá no tengamos que lamentarnos de esto dentro de un mes, tras enfrentarnos a Suecia... que Dios nos pille confesaos, que decía aquél.

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